No siempre acaban bien las cosas

--------------------Flashback--------------

-Pero Megan, no son demasiado niñas para llevar bien nuestra personalidad-

-No- Dije sancando el tema, no se por que el terror de que esas estúpidas mocosas llevaran a cabo nuestro papel unas dos horas.

Habíamos robado unos uniformes de Ravenclaw, en el entramiento pasado de esta casa, una suerte que dos niñas estuvieran en ese equipo, lo habíamos arreglado de manera tal que le quedaran genial a las "gemelas buenas", acomodé mi cabello en una coleta improvisada, mientras me paraba frente a las Losynders serían las que tomarían nuestro lugar, eran hermanas una un tanto mayor que la otra y su admiración por nosotras llegaba casí hasta el acoso, de tal manera que aceptaron encantadas nuestros lugares, aunque Megan y yo ya habíamos pensado borrarles la memoria después de todo, jamás recordarían ese día.

-Bien-Les di en sus manos la poción multijugos mientras ellas lo bebian grité de manera contundente. -!EXPELIARMUS!, sus varitas salieron volando y con otro movimiento las recogí.

-Lo lamento pero ocuparemos sus varitas- Dijo mi hermana, y la única manera de que funcionaran en nuestras manos, era que las hubiesemos ganado en un duelo, el duelo duro dos segundos, y probe la varitas de la mayor contra un espejo, que estalló en mil pedazos, sonreí.

-Usaran estas- Dijimos entregandole dos varitas también robadas en un receso donde niñas de primero jugaban en el jardín, jamás les daríamos nuestras varitas a esas dos estúpidas.

El cambió había iniciado y al mirar a Alejandra ví que era identica a Megan, ambas nos miramos y asentimos, -ahora nos toca la clase de estudios muggles, vayan y sientense junto a Carl y Scor, que se que lo haran encantadas-, sonreímos ante la idea de brincarnos esa clase, y liberarnos de Doña Perfecta.

-Las reglas son las siguientes, desobedezcan, tu recogete la falda más, no hablen y bufeen constantemente a todo lo que digan sobre muggles, salgan cuanto antes, después de eso vuelvan aquí, y volveremos a nuestras imagenes de siempre-

Las niñas se alejaron, mientras nosotras nos mirabamos, y empezamos a caminar hacia la salida de la casa de Ravenclaw.

-----------------Fin del flashback-------------------

Ambas al estar en un pasillo oculto, pusimos las varitas sobre nosotras, adoptando la imagen de aquellas inocentes gemelas, Megan saco de su uniforme de Ravenclaw aquella carta escrita bajo torturas de Dyslen Forseg, el enamorado de la Crockford, luego habíamos borrado su memoria, habíamos mejorado como brujas en esta misión.

Al acercarnos a la sala la vimos salir, nos miramos y corrimos hacia ella como niñas pequeñas.

-ARAMIS-

Ella se volteó a mirarnos, sus ojos cafés mostraban sorpresa, como sino nos conociera, y de hecho no lo hacía, pero de inmediato sonrío al ver nuestros uniformes como tratando de reparar el no conocernos.

-Hola niñas-

-Te tenemos un mensaje-

Ella miró la mano de Meg que se extendía frente a ella y tomó la carta con un poco de desconfianza, pero al ver quien era el remitente sonrió traquila.

-Se las dió el mismo- Dijo con esa estúpida sonrisa que ambas interpretamos como que se la había creido, como si no fuera suficiente tortura la leyo en voz alta.

-"Adora Aramis: Por ete medio, quiero citarte en el baño de los prefectos, dejate acompañar por las gemelas Goodone, ellas te llevaran sin que te metas en problemas... Te ama Dyslen"-

Nos miró con los ojos húmedos, mientras nos abrazaba, ambas tuvimos que sostener las ganas de vomitar, luego nos solto y empezo a correr con nosotras de la mano, hacia el baño de los prefectos, !Vaya idiota, que fácil había caído".

Antes de llegar me adelante con el pretexto de que nadie estuviese por ahí, toque la puerta del baño de los prefectos, con aquel ritmo preparado para avisar que estabamos fuera, y lancé un hechizo repelente para que nadie pudiese acercarse al lugar, y hechizos ensordedores, al mismo tiempo que apuntaba hacia el segundo puso a una tubería partiendola en dos, para que todos los trabajadores del castillo estuviesen ocupados en contener aquel desarme, y no se pasaran por el baño de los prefectos para nada.

Megan se acercaba con Aramis al baño de los prefectos, esperaba que Carl hubiese entrado ya, por la puerta oculta que habíamos descubrido, y que Scor estuviera listo, sabía que sería mi presencia la que liberará a la serpiente, esa era la parte más peligrosa del trabajo, esperamos una señal de los chicos para hacerla entrar.

Cuando entre Carl me examino cuidadosamente, hasta que le sonreí creo que pudo reconocerme por completo escuche sus instrucciones y asentí, cuando hable mi voz sono totalmente cambiada también.

-Dalo por hecho Carl-

Ambos salieron dejandome a mí la parte más peligrosa de toda la misión, así que con un *Crack*, la jaula había sido abierta, y la serpiente se lanzó hacía mi con fiereza, sabía lo que debía hacer ahora, giré la varita frente a ella.

-Cruciatus-

Y aquella serpiente empezó a revolcarse suavemente en el piso, como si pretendiese librarse de algo, sentí como mis ojos se prendían, no era la primera vez que usaba una maldición imperdonable, pero las antiguas ocasiones habían sido para prepararme para esta, cuando la serpiente siseó cansadamente, levanté de nuevo la varita.

-Imperius-

Dije suavemente mientras veía como el animal fijaba su mirada en mí, como esperando alguna instrucción, debía probar que hubiese dado frutos me agaché a su altura.

-Ven aquí preciosa-

Aquel imponente criatura empezó a arrastrarse hacia mí, como si yo fuese su ama, se enrredo en una de mis piernas y yo acaricié suavemente su cabeza que estaba fría y tosca al tacto.

En ese momento dandome el tiempo indicado entro Megan acompañada de Aramis. Le sonreí a mi hermana mientras le decía que se hiciese a un lado con la cabeza, me volté hacia la mocosa insoportable esa.

-¿Sabes por que estas aquí?-

Ella intento correr pero muy lenta, mi hermana había bloqueado la salida, mientras yo miraba a la serpiente.

-Tenemos que darle una lección a los traidores de la sangre, como tu familia-

La serpiente empezó a avanzar hacia ella, suavemente. -Hora de comer bonita-. Los gritos de aquella muchacha invadieron el lugar, cuando la serpiente no dudo ni un segundo en atacarla en las manos que ella colocaba de frente intentando amortiguar las mordidas, cuando vimos las primeras gotas de sangre pringar todo alrededor ambas apartamos la mirada, jamás habiamos presenciado algo de esa magnitud, la serpiente atacaba una y otra vez, mientras la niña empezó a gritar cada vez menos.

-Detenla, o la matará-

Me llamó mi gemela, mientras yo al fin podía despegarme de tal escena, que de manera inconsciente me había atrapado, como si fuese normal que alguien como nosotros lo viera. No dudé en llamar a la serpiente, y esta de inmediato se dirigió hacia mí.

-Jauleo- Dije atrapandola de nuevo, aun la hermosa serpiente seguía con la maldición, así que no se quejo de más.

Me acerque a mi hermana y le cedi la jaula ella de inmediato la encogió con un hechizo y echó a correr fuera de ahí, hacia nuestra sala común supusé. Me volteé viendo el cuerpo mordido, casi molido de la Ravenclaw y de manera inconsciente una sonrisa se dibujo en mi rostro, ahora solo quedaba una parte del plan.

"Y aseguraros de que la encuentren"

No la tocaría de eso estaba segura, antes de devolverla a un lugar visible, me agaché a su lado y saqué una pequeña cuchilla, y grabé en su brazo "Traidora de la sangre", eso y el mensaje de los chicos dejaría todo claro.

Luego la apunté con la varita. -Levicorpus- Y empecé a llevarla hacia afuera, debajo de nosotros en el segundo piso estaban todos los trabajadores del colegio, intentando arreglar la fuga, asi que solo la deje caer hacia ellos.

-liberacorpus-

Dije mientras empezaba a escuchar los gritos de los de abajo, escuché que habían evitado que se estrellase con el piso, mejor para mí, empecé a correr desapareciendo por los baños de los profesores, cuando estuvé a una distancia prudencial, coloqué la varita sobre mí rompiendo aquel encantamiento para volver a ser yo, me coloqué el uniforme que había dejado guardado y me dirigí a toda prisa hacia la sala común.

Mi hermana y yo nos encontramos justo antes de entrar a la Sala Común, ambas acomodamos nuestros cabellos que volvían a ser el de siempre, le sonreí mientras asentí suavemente ambas entramos y los chicos estaban tirados uno en cada sofá caminé hacia ellos, mientras escuchaba la pregunta de Carl, me tiré suavemente sentandomé en el estomago de Scorpius y mire a Carl.

-La dejamos justo sobre los trabajadores del coelgio, que arreglaban la fuga-

Dije acomodandome el cabello suavemente, mientras veíamos entrar a nuestros dobles, sonreí levemente y mire a Scor.

-Te lo dejo a tí, estoy algo cansada, demasiados hechizos en un día- Scor y Megan se pusieron de pie, mientras yo me acercaba a Carl para contarle todo con detalles, deje aquel trabajo de borrar memorias para mi hermana y mi mejor amigo.

-Carl, ahora solo debemos regresar la serpiente a su tamaño y devolverla- Su mirada me percato que esperaba detalles sonreí. -Quedo deformada, y tiene una linda seña en su brazo que dejara cicatriz. -Traidora de la sangre- Susurré mientras escuchaba los hechizos desmemoradores, me volteé a mirar y sonreí de lado.

-¿Que tal su día muchachos?-

-Bastante bien, Mery-

Dijeron aquellas tontas hermanas y yo les sonreí hipocritamente.

-Me alegra, nosotros nos aburrimos en clases, no es así Carl- Este asintió con una de sus sonrisas que daban un poco de miedo.

Escuché con atención a Carl sin entender, hasta que desaparecio la serpiente y asentí, al lado Meg y Scor le borraban la memoria a los chicos, me levante y abracé a Scor cuando el bullicio empezó, caminé para tomar a un mocoso que iba entrando de la capucha.

-¿Que pasa?-

-Dicen que encontraron a una niña de Ravenclaw y creo que esta muerta-

Mire a Carl y negué solamente entendiendo nosotros, todo el mundo corría y nosotros de manera disimulada caminamos tras ellos, me tome del brazo de Scor mientras saliamos de las mazmorras, pero de inmediato el profesor de encantamientos, negó con la cabeza.

-VUELVAN TODOS A SU SALA COMÚN, MEREDITH, SCORPIUS GUIEN A LOS DE SUS CASAS A LAS MAZMORRAS, por favor-

Gritó mientras Scor y yo caminabamos caminando hacia los más chicos.

-Ya escucharon miniserpientes todos a la cama ahora- Dije y al ver que no se movían entrecerré los ojos con rabia. -¡NO HAGAN QUE ME CABREE, DIJE QUE AHORA!- y como si mis palabras estuviesen talladas en piedra todos empezaron a correr, mientras nosotros nos arrecostabamos en la pared.

-¿Vamos a echar un vistazo?-

Pero todos los demás negaron, así que empezamos a caminar con solemnidad hacia la sala común, el bullicio había empezado, la impura de Ravenclaw debía estar agonizando y cuando intentaran buscar a los culpables, jamás encontrarían a las gemelas Goodone, que era serían solo un invento de la imaginación de una aturdida moribunda.

¿Como nos llamarían? Nadie lo sabía, solo sabíamos que no estaríamos a la sombra de los inútiles mortífagos que para nada servían, menos de nuestros padres que eran tanto o más inútiles, ahora la gente debía enfrentarse al temor de ser la próxima victima, gracias a cada mensaje sabrían que iban tras los impuros y los traidores de la sangre.

Eso demostraba nuestra hipotesís de que no se necesitaba un maldito tatuaje para exterminar a los impuros, de ahora en adelante la gente debía andarse con cuidado, sabíamos que nuestro golpe sería más difícil pero lo que la gente sabía y teníamos claro era que Una nueva historia del mal había empezado, y que nadie se salvaría del ataque de aquellas personas capaces de romper alrededor de 3000 reglas del colegio para llevar a cabo su cometido.

Los sangre pura una vez más estabamos a la cabeza del colegio, desatando temor entre los malditos y asquerosos sucios.