Encuentro Caótico

Me senté mientras el quedaba aún acostado frente a mí, cruce las piernas como una niñita y toqué su nariz.

-Me alegra que seas feliz, así no estarás tan serio todo el tiempo-

Esa brisa fresca era muy alentadora, me tire una vez más en el césped, esto me recordaba los anocheceres en la madriguera, cuando todos mis primos y yo nos tirábamos a ver las estrellas, escuché su pregunta y me volteé a verlo, mi cabello caía a ese lado de mi cabeza extendido en el césped, gracias a la luz de la luna se veía mucho más rubio de lo normal.

-¿Que espero de ti?-Un sonrojo leve se dibujo en mis mejillas pero aún así proseguí-Espero que puedas controlarme cuando mis locuras no me permitan estudiar, que no me dejes pelear con las chicas de las otras casas-

dije soltando una carcajada recordando que en las otras casas solían decir que era una rubia presumida al igual que Vick y por eso me odiaban

-En realidad espero poder contar contigo siempre, saber que estarás ahí cuando te necesite y poder tener muchas noches como esta-

Me puse de medio lado aún acostada para poder observarlo detenidamente, era la primera vez que tenía un vinculo como este con una persona.

Eso era todo lo que quería escuchar. Extendí rapidamente mi brazo hasta su rostro y lo acaricié con suavidad. Al mismo tiempo le decía con una sonrisa y cerrando mis ojos fuertemente para evitar llorar en lo absoluto.

-Gracias.... Domi.-

Me perdí en su radiante y abundante cabello al igual que en sus ojos, y me quedé paralizado por unos segundos. Volví a una postura boca arriba y aún con la sonrisa en boca, abría los ojos para mirar el cielo. Recibía aire desde mi naríz y lo expulsaba rapidamente, como si estuviese de alguna forma "elevado". Aún mirando el cielo, esta vez dejando de tomar aire, le dije dejando la misma sonrisa en mi boca por unos segundos más.

-¿Crees que pueda ser así todo el tiempo? ¿Aún en tu ausencia?-

En verdad tenía miedo, no quería cambiar tanto de personalidad o parecer un bipolar. El solo hecho de que Dominique me hiciera cambiar, no significaba que todos los demás fueran ella. Me preocupaba no mantener esta sonrisa en mi boca, la cúal poco a poco se devanecía al pasar los momentos. No quería parecer demasiado interesado en mí solamente, por lo que la miré nuevamente y le dije.

-Ten por seguro que esa promesa será cumplida. En el mayor de los casos, sería capáz de hacer un Juramente Inquebrantable. Sé que digo muchos disparates y estoy algo tonto en estos momentos, pero todo eso lo provocas tú. Talvez esto es algo más serio que una amistad después de todo.-

¿Podía ser cierto todas las cosas que estaba vivenciando? Cuando el acarició mi rostro le sonreí, y acaricie levemente su mano luego el la retiro.

-No hay nada que agradecer Arys, como dice mi madre cuando las cosas salen del corazón se dan y ya-

Lo vi respirar varias veces, como si hubiese corrido un largo tramo, me quedé observando cada uno de sus movimientos, ya no tenía esa expresión tensa que mostraba desde que lo había visto la primera vez. Al escuchar su pregunta ladeé un poco la boca en señal de preocupación.

-Espero que pueda sembrar suficiente felicidad en ti para que aprendas a apreciar cada momento aún en mi ausencia y si no al menos tendrás recuerdos que te hagan sonreír-

Al escuchar sus palabras sonreí pero con un deje de nerviosismo, de eso que llena tu estomago de miles de hadas revoloteadoras.

-Una amistad sincera es más fuerte que un juramento inquebrantable Arys-

Cuando dijo una frase que revolotearía tal vez en mis pensamientos para siempre. "pero todo eso lo provocas tú. Talvez esto es algo más serio que una amistad después de todo", un sonrojo apareció en mi rostro con más fuerza y extendí mi mano algo temerosa para tocar la suya, sintiendo con cada centímetro como esa sensación de las hadas aumentaba, debería luego hablar con Vick para que me explicará algo de eso.

Muy sabias las palabras y acciones de Dominique. En verdad esta mujer era ideal como persona, consejera y amiga. No solo las palabras, sino el efecto que producían en mi corazón. Talvez sea algo intenso un vinculo como este, y si mal no recuerdo, puede significar Amor. Pero... ¿Como era posible sentir amor a simple vista? Apenas nos conocemos y ya somos muy intimos. Talvez el tiempo ha pasado tan rápido que en estos momentos somos ancianos esperando la hora de su muerte. De cualquier forma todo era perfecto en ese momento. En cuanto tomó mi mano, sentí como el calor corporal de Dominique me mostraba alguna señal o algo. Sin duda era un momento perfecto, pero algo me decía que pasaría algo. Talvez solo era intuición, pero algo empezaba a dar un sonido extraño, como un rugido.

-Lo siento... Pero... ¿Escuchas eso?-

No creía que fuera mi estomago ni el suyo, simplemente era algo diferente. En cuanto a los lobos, fue lo primero que descarté, pues este sonido era como madera moviendose bruscamente. En ese preciso instante entré en razón y rodé hasta el cuerpo de Dominique arrastrandola suavamente a ella también para esquivar una rama que impactó contra el suelo. Se trataba del sauce boxeador y al parecer el efecto paralizador había desaparecido. Notaba que Domi estaba arriba mio, apoyandose en mi cuerpo y no era capáz de moverme, unas raices varias del gran arbol me habían atrapado y era imposible para mí mover alguna extremidad.

-Porfavor, escapa.-

Cuando por fin había decidido cual era la acción correcta a seguir, un sonido de algo que crujía empezó a sonar, justo a tiempo el me movió para que la rama del sauce no me debiera de lleno en la cara, una suplica salió de su boca diciéndome que escapara.

-NO!!-

Grite bajándome de su cuerpo rápidamente y empezando a moverme a través de las raíces del sauce, podía escucharlo pedirme que me fuera, pero no yo era una Gryffindor, y era sobrina de Ron Weasley, el mejor amigo de Harry Potter, nosotros no huíamos nos enfrentábamos a los problemas por quien fuese y con más ánimos lo haría yo por el.

Una de las ramas paso cerca de mi cabello y de mi rostro lastimándome escasamente, pude sentir un pequeño ardor en la zona golpeada, pero seguía moviéndome hasta llegar a la protuberancia estúpida que había que tocar.

"La Tía Hermione había sido atacada hace muchos años por ese árbol y fue gracias a ella que el sauce no mato a los Tíos, así que yo sería tan valiente como ella"

Sino me movía rápido este árbol podía lastimar seriamente a Arystar y eso yo no lo iba a permitir, me tire a través de las raíces, sintiendo como algunas ramitas se encrustaban en mis piernas, hasta llegar a ese nudo y lo presione con todas mis fuerzas.

-Ya detente árbol estúpido-

Grité esperando que hubiese válido la pena todo lo que había pasado para que liberará a Arys.

-¿Estas bien Arys?-

Notaba que Dominique se estaba esforzando para defenderme, cosa que no pude hacer al contrario debido a que me encontraba atrapado. En cierto modo estaba furioso con el árbol, hasta el punto que lo reducería a nada más que cenizas, pues veía como lastimaba a Dominique sin yo poder hacer nada al respecto.

-¡Maldito costal de raíces!-

En ese momento, noté que todo había parado y que podía moverme nuevamente. Esa voluntad para arreglar las cosas solo con la palabra era impresionante. Luego de que presionara las raices que me dejaban en cautiverio, pude salir y romperlas completamente con un hechizo de mi varita. Me acerqué a ella rapidamente y la abracé. Al oído le dije con una sonrisa dibujada en mi rostro, que era simbolo de la felicidad de encontrarla viva.

-No vuelvas a hacer eso, Porfavor. De todas formas. Muchas Gracias. Me has salvado la vida, Domi, te debo mucho por eso.

Decía sin soltar la sonrisa, pero sí el cuerpo de la joven. Notaba que tenía heridas severas, por lo que le indiqué que la llevaría a la enfermería de inmediato.

-Debemos ir a tratar esas heridas. Dejame llevarte.-

Indicandole a la mujer para que me dejara llevarla entre mis brazos hasta el destino que era la enfermería.

Cuando vi que estaba bien, no pude explicarme con palabras a mí misma la tranquilidad que me dió, al verlo acercarse le sonreí a pesar de el ardor en mi mejilla.

-Lo volveré a hacer siempre que sea necesario por ti no me debes nada Arys-

Sonreí acercándome a el para que me ayudara a salir de debajo de las raíces me tomé de sus brazos para salir, al escucharlo negué varias veces.

-No podemos ir a la enfermería, nos castigaran por estar fuera de la Sala Común, espera puedo curarlas yo misma creo-

Saqué mi varita, mientras apuntaba las heridas en mis piernas algunas de ellas empezaron a cerrarse con éxito solo quedaba la de mi mejilla que escocía un poco.

-Esto lo haremos pasar como un golpe por descuido-

Dije aferrándome a la chaqueta de él que llevaba puesta, para quitarme el frío que me había atacado de pronto.

Sentía mucho el no aver sido de ayuda, pero de alguna forma me sentía mejor con sus palabras. Pude notar que sabía el conjuro para curar sus heridas, aunque yo supiera otro más potente preferí dejar que ella terminara el trabajo y se sintiera orgullosa. La tomé por entre mis brazos, como si estuviera arrullando un bebe, y empecé a caminar sigilosamente hasta Hogwarts. Lo que me dejaba un poco sorprendido es que después de tanto ruido, nisiquiera el guardabosques se haya presentado, de todas formas no me importaba en lo absoluto y empezaba a caminar en dirección a Hogwarts con la chica entre mis brazos.

-Siento si te incomoda, pero ya has hecho suficiente.-

Pausaba para mirar a ambos lados, guardando mi varita en mi vestuario y asegurandome de que nadie nos estuviera siguiendo o visto, pues sería desastroso el ser atrapados en este momento.

-No quiero parecer molesto, pero será mejor ir a descansar. Además es muy agradable el solo hecho de que estemos en la misma sala común.-

Finalizaba aparentando no importarme, aunque un leve sonrojo se dibujara en mi rostro. Miraba al horizonte para salvarme de la tentación, la cúal siempre he sido advertido por mi abuelo antes de morir.

-¿Crees que deberíamos ir al interior del castillo?-

Me arrecosté a su pecho mientras me cargaba, pensando en que hace años no vivía una aventura de esa forma, sonreí ante la idea de las muchas aventuras que debieron pasar mis padres, escuché sus palabras y asentí.

-Si deberíamos volver mis primas se darán cuenta de que no estoy, y si en la Sala Común nos veremos siempre que quieras-

Le dí un leve abrazo de agradecimiento, mientras lo miraba a los ojos.

-No me incomoda que me cargues pero mejor me bajas, mi hermano suele comer en las noches y si esta por ahí, puede darle un ataque... Gracias tenía mucho de no pasarla tan bien-

Sonreí mientras me colocaba en el suelo, con cuidado, empecé a caminar con cuidado, hacia el castillo lo poco que quedaba para luego dirigirnos a la Sala Común.

Sin duda siempre hay un familiar que cuida de sus parientes, algo que me parece muy bello en una familia y que nunca he podido presenciar. Sin duda la ayudé a posicionarse de nuevo en el suelo y ayudandola por unos segundos, caminamos hasta la entrada de Hogwarts, despidiendonos del gran árbol que nos brindó una inmensa aventura. Nunca antes me había divertido tanto en mi vida, talvez este momento sea recordado una y otra vez hasta el momento en que sea borrado, algo que espero que nunca pase. Dimos un paso hasta la entrada y notamos que no había nadie vigilandola, algo extraño debido a la inmensa seguridad de Hogwarts.

-Talvez sea una trampa... Apresuremonos hacia la septima planta.-

Así caminando esperando no toparnos con algún prefecto o profesor nocturno.

[OFF: Fin de tema. OFF:/]