Sigamos Limpiando

Los tacones de las mellizas Parkinson resonaban por los pasillos, muchos ya les habían preguntado si ellas sabían algo de las personas que habían atacado a Aramis, como si ellas debieran saber algo, como si estuvieran en la obligación de saber, bueno obviamente lo sabían, pero no dirían nada. Cuando gritaban que como habrían de saberlo las demás serpientes se disculpaban diciendo que querían ser parte de los sucesores de Salazar Slytherin, ambas eran lo suficiente inteligentes como para saber que aquellos mocosos no eran de fiar, apenas y confiaban en sus amigos.

En la mano de la mayor de las gemelas había una carpeta que contenía una lista de todas las personas que eran sangresucia y los que formaban parte de los traidores de la sangre, que habían optado por ayudar a Po-Potter y sus demás estupidos seguidores.

-Mery- La voz de la pelirosa resonó en los oídos de su hermana que se volteó para mirarla. -Dime-La voz de la segunda sonó fría mucho más que antes, ambas habían concordado que aquel día cualquier espiritu jovial había acabado por completo, ahora eran los sucesores de su fundador, tenían que ser frías y cautelosas. -Deberiamos cambiar nuestras apariencias para salir del castillo, ¿No te parece?- La mirada de la trigueña se desvió hasta la de su hermana, pero negó con la cabeza, cediendole una tunica más oscura. -Pontela- Indicó mientras ambas se la colocaban escondiendo su cabello bajo la capucha, tenían un hechizo realizado por Meredith para que no las ahogase de calor.

Meredith sonrió al ver a Carl y a Scor junto a un árbol y se deslizaron suavemente hasta llegar a su lado, sin hacer ruido, después de todo para eso eran serpientes, al llegar junto a ambos, Mery puso la mano sobre el hombro de Carl. -Tu eres el asesino de Aramis- Dijo con la voz forzada mientras estallaba en una risita ausente. -¿Venga los asuste?-

-Ni queremos serlo Carl, es más fácil camuflar mi cabello con una túnica, relajate, no estamos bajo ordenes de nadie, solo cumplimos lo que el supuesto señor oscuro no logra hacer-

Entre de inmediato en defensa de mi hermana, que sabía habia estado algo mal después de lo de Aramis, sin querer ella era la que había visto como su cuerpo era destrozado y no es fácil acostumbrarse a la muerte, al menos no a la primera.

-Mery dale lo que conseguimos- Me volteé a mirar a Scor, mientras dejaba que esos dos que al final del día eran los más temibles se pusieran de acuerdo. -Ahh olvidaba decirles algo- Me levante suavemente mientras ambas tirabamos las capuchas a un lado. -Dice un rumor, que han escuchado a una serpiente merodear por el castillo, me temo que pueda ser un animago, o una serpiente bajo ordenes de alguien y de esa forma nos descubran- Ese día me despediria de mi cabello rosa de modo que pudiera camuflarme mejor en las noches y pasar desapercibida como mi hermana, y así no usariamos las capuchas que tanto habían ofendido a Carl.

Con el reclamo de Carl, estuve a punto de recriminarle su manía de retarme pero lo dejaría pasar por ahora, y por las defensas de mi hermana, y cuando empezó a hablar de la información, ladeé la cabeza y al preguntar por el profesor Guileam, negué con la cabeza. -Demasiado correcto en algunas cosas- Acerté a decir mientras suspiraba y Owen me recordaba si tenía algo para él. -Sí- Saqué aquella carpeta con información valiosa para la que habíamos usado un ravenclaw de segundo año, en la habitación de una de las Whyte, sacudí la carpeta tentando a los chicos. -Pero...quiero mi beso primero- Sonreí mientras estiraba mi boca hacia el frente como si esperase un beso de alguno de los dos, pero de inmediato volví a la posición normal.

-Tenemos varias cosas: En esta carpeta hay nombres de las personas de las que han dudado y nombrado como culpables, que no les extrañe ver nuestros nombres ahí, sin embargo se fijaran que tienen una X es imposible que hayamos sido nosotros- Mi hermana y yo sonreímos complacidas. -Segundo hay una lista de los posibles "cuidadores" de los pasillos, así que te quitaran el trabajo de prefecto Scor-. No me extrañaba si reforzaban la seguridad al tripe, luego de entregar la carpeta complacida, baje la mano por mi túnica hasta una bolsa. -Hoy nos llego un paquete bastante extraño de mi madre- Le mostré cuatro varitas diferentes entre ellas, con una sonrisa. -Fueron creadas hace muchos años, parece que son de la colección de objetos de mi madre, alega que sus antiguos dueños estan muertos, así que podemos usarlas y adiestrarlas en lugar de las nuestras por seguridad- Dije levantando los hombros de manera despreocupada.