Reclutando compañeros (Nathan Hunt y demás interesados)

Los inefables empezaban a ser el cuerpo de élite que deseaba que fueran, cuando todo cambiara ellos serían los encargados de establecer la paz y mantener la seguridad para los habitantes del mundo mágico. Pero necesitaba a alguien hombres de confianza a los que enviar trabajos que aseguren la llegada de ese futuro mejor para la sociedad mágica. Estaba en mi despacho firmando las nuevas leyes del Winzengamot, nada importante, nuevas penas para algunos delitos como tener un dragón en el jardin. La caja de la secretaría habló indicandome que el señor Hunt esperaba en la puerta, genial, él era le primero a quien quería ver; entró por la puerta con la seguridad de quien adiestraba dragones. Me levanté para recibirle con un apretón de manos.

-Buenas tardes señor Hunt, me alegra que haya venido, tras la triste nota que le he enviado.

Indiqué con una mano que tomase asiento mientras yo me sentaba en mi sillón tras el escritorio, pose las manos sobre el escritorio apartando pergaminos y papeles para liberar el espacio, tras eso empecé a hablar.

-Verás Nathan, necesito a alguien como tú, en estos tiempos que corren una ayuda como la tuya puede venirme muy bien. Como sabes los aurores son cada vez más perezosos y lentos en actuar, lo que le da cancha libre a los mortifagos para actuar libremente. Necesito que el cuerpo de Inefables ocupe el lugar de los aurores en la sociedad mágica, para que bajo mi supervisión logremos devolver a la sociedad mágica la seguridad y estabilidad que necesita.

Hacia media hora que tomé un Trasladador de Bulgaria a Inglaterra. En mensaje estaba hecho con la letra del Ministro Ingles, asi que asocié que si el mismo Ministro escribió el mensaje, no debía perder más tiempo. El Ministro Owen no era el tipo que esperaba. En vez de un leon viejo y cansino, o los demas ministros ancianos que han ocupado el puesto, he encontrado a un hombre que con varias cicatrices más y la ropa adecuada, podria pasarse por un domador de dragones. Me sente enderesé cuando terminó de hablar.

-Ministro, estoy a sus ordenes. Ahora mismo hay pocos Inefables con el entrenamiento adecuado y muchos que llevan la profesion como un titulo de lujo. Si me permite la sugerencia -aclaré mi voz- se tendria que buscar auxiliares. Gente capaz de actuar como verdaderos aurores, pero que no tengan nada que ver con el ministerio. Aunque dudo mucho que el Ministerio cono está, tenga un record con dichas personas. No bajo su mandato, claro.

-Si es cierto, pero el cuerpo de inefables ha cambiado ligeramente en estos tiempos, he iniciado las reformas adecuadas para que se acabe convirtiendo en un cuerpo altamente especializado, pero ese solo es uno de los pasos. Necesito que busques gente, seguro que a alguien como tú no le e dificil encontrar a esa clase de personas que estan cansadas de la ineficacia de los aurores y odian con todas sus fuerzas a los magos oscuros.

Recogí la última edición del profeta y se la pase.

-Trabajamos para encontrarlos, pero no los encuentran nunca, estoy cansado de tanta ineficacia por parte de mi propio ministerio, si el cuerpo de aurores no hace nada para frenar esta escalada de terror yo mismo me haré cargo de la situación, el mundo mágico no puede tolerar la existencia de magos oscuros.

Me di cuenta de que parecía estar dando un discurso al profeta, asi que cambie mi actitud.

-Necesito hombres capaces que me ayuden a llevarlo a cabo ¿que me dices?.

-Deme los nombres que necesita y empezaré a buscarlos de inmediato. Quiza no los han encontrado con eficacia ya que se podrian haber cambiado el nombre e incluso alterado su fisico..

El ministro Owen suspiró. Se recostó de la silla masajeandose los laterales de la frente y me prometí nunca tener una posicion que reflejara tanto stress como el ministro estaba haciendo ahora.

-Hunt, solo encuentrelos. -abrió un cajon de su escritorio y me entregó un grupo de pergaminos enrollados. Con un permiso de mirada, los abrí y fuí repasando uno por uno. Eran como 15.

-He de suponer que por el orden de los numeros que tienen en las esquinas, unos son mas prioridad que otros. -comenté alzando la vista.

-Cierto. Pero si me encuentras los primeros 6, considera que tendras a un buen amigo como ministro -respondió con una sonrisa cansada. Me reí entre dientes.

-No me falles Nathan, se que eres más que capaz de encontrarlos y traerlos,... vivos por supuesto.

Recogí el profeta y me puse a leerlo, Doris, estaría bien que esa periodista me hiciera una entrevista en profundidad, al fin y al cabo el mundo tenia que conocer de primera mano al ministro de magia.

-Por cierto confio en que una vez "reclutados" seas el hombre perfecto para liderarlos, yo soy un político y aunque en mis tiempos era un hombre de guerra, prefiero que la opinion pública no tenga una mala impresión de mi persona, deben verme como el hombre que trae la mano dura contra el mal pero sin dejar de verme como político.

Me paré y me despedí con un taconeo formal para el ministro. Comenzaria a reclutar los mas faciles de encontrar, segun la informacion que encontrara en los archivos del Ministerio. Una adrenalina familiar a la sensacion de volar uno de mis dragones comenzó a correrme por las venas.

-Le enviaré un itinerario de mi recorrido una vez que este fuera del pais.

Me voltié y antes de cerrar la doble puerta, el ministro me llamó una vez mas.

-Ah, una advertencia Hunt. No siempre estaré disponible para estar al dia con los avanzes que haga asi que le enviaré una lechuza que lo acompañará durante su viaje. Es una de mis lechuzas para correo privado y no puede ser rastreada por el Ministerio. Me arriesgo a este tipo de acto con tal de esperar más eficacia. Y una cosa mas..

-Si, ministro?

-Los primeros dos de la lista, son los mas buscados de europa. Tratelos bien, sin importar como lo traten a usted.

Alzé una ceja intrigado, pero sin mas, contesté

-Si señor.

-Puede retirarse.



*Fin del Post*