Ojos de Perro Siberiano

Reconozco que mis espectativas sobre Berlín no eran las mejores, pero como dice el dicho, ver para creer. Normalmente siempre me mantenía en paises de Asia y América, algo que me imposibilitó conocer a fondo Europa y ahora que tengo oportunidades suficientes para recorrer el continente, comenzaría por Alemania. Sin duda alguna siempre tuve en mente que aquel país era algo aburrido y sin ningún tipo de atracción cultural, y ahora que lo pienso he estado equivocado todo este tiempo. Sin duda Berlín tiene lo que se necesita para vivir. Una ciudad llena de vida y cultura, junto con la población, que son de lo más amigables. Era observado por muchisima gente, en especial mujeres, que eran deslumbrados por mis ojos, sin duda alguna una bendición que recibí por parte de la genética. Mi atuendo era algo gótico y elegante a la vez, pues llevaba una camisa con el pecho abierto de color rojo carmesí y un traje negro bastante degradado. Obviamente la rosa que tanto me distingía estaba adherida a mi traje y mi cabello estaba bien organizado como de costumbre. El rosario que llevaba en mi muñeca, era cubierto por el atuendo, pero el que llevaba en mi cuello era facilmene visible desde mi pecho. Todo era perfecto en ese lugar, pues era bastante tranquilo y la gente muy serena al parecer. Sonriente me acerqué a lo que parecía una mansión, donde me hospedaría unos días hasta mi partida a Suiza, obviamente aparte de asuntos personales necesitaba realizar algunas acciones requiridad para el trabajo en el ministerio. En la puerta me esperaba un hombre alto con un traje bastante extraño, el cúal me reconoció y me saludó. Posteriormente me indicó donde debía reclamar las llaves de mi cuarto y se llevó mi equipaje. Me acerqué hasta la recepción donde había una mujer bastante bonita, con un atuendo gótico al igual que su apariencia.

-Buenas bella dama. Una habitación a nombre de Kamijo Black.-

Le dije guiñandole el ojo y rapidamente esta quedó seducida. Hablamos por un rato, para luego obtener la llave y despedirme como era debido añadiendole algo de caballerosidad. Me encaminé hasta mi habitación sin antes ir a la maquina de bebidas que estaba cerca de los baños, y aunque no pudiera tomar algo como eso, lo necesitaría en un futuro para algunas cosas que haré. Al llegar a mi habitación, me senté en una banca afuera de esta a esperar que algo pasara, pues estaba bastante aburrido. Solo faltaba que alguno de esos mortifagos ineptos se apareciera por aquí para intentar fallar atacandome. Simplemente me quedé pensando en algunas cosas sin decir una palabra o mirar a un punto fijo en el pasillo que me encontraba.

''Se informa de que el Ministeiro d eMagia de Berlin a detectado una presencia d euna criatura mágica no registrada en su ministerio proveniente de este''

''Berlin.. me imagino que habra cambiaod mucho desde 1905''

*Me dirigí a una chimenea en mi despacho, cogí un puñado de polvo Flú y dije*

-Berlin

*En un abrir y cerrar de ojos me encontraba en una tienda vieja mágica por donde saí sin ser vista. Normalmente solian ser diablillos de Cornualles los que se escapaban o algun hada por lo que fui al bosque en su busca sin ningun resultado.*

-En fin.. ya lo encontraran.. sino mañana mando a un par de rastradores y listo.-dije en voz alta para mi misma.

*Ya que estaba en otro pasi decidí hace run poco de turismo asique desaparecí del bosque y volví a aparecer en pleno centor de la capital alemana. En frente mio habia un gran hotel donde habia algo extraño, un tipo de presencia que hacia mucho que no notaba. Cerré los ojos concentrándome en aquel hotel y mis sentidos fueron localizando a un individuo sentado en una terraza en el penultimo piso.*

''Una suite.. que tipico en un vampiro''

*Entre dentor del hotel y sin preguntar nada cogí el ascendor hasta el penultimo piso. Quería averiguar d equien se trataba y porque un vampiro que no conocia venia de Gran Bretaña.*

*Toqué la puerta disfrazada de camarera dle hotel y con aspecto humano para que no se percatase de que tipo de criatura era yo. Me encantaban estos juegos.*

-Servicio de Bienvenida

Manteniendo mis ojos dilatados sin ningún brillo aparte del color de los mismos, observaba directamente el piso. Bastante hermosa la madera que lo componía. Poseía una gran cálidad y suponía que se trataba de roble. Me dispuse a levantarme del asiento, mientras que mis ojos volvían a su normalidad, tomando la llave con firmesa aunque en ese momento pude notar que alguien o algo se acercaba con rapidéz gracias al sónido omitido por el ascensor al final del pasillo. Torné mi vista hacia allí y pude visualizar una muchacha con atuendo de camarera, la cúal se acercaba lentamente hasta donde estaba. Algo en ella no me indicaba mucha confianza, pero debía suponer que simplemente se trataba de una trabajadora del hotel y sin duda alguna, una muy bella al parecer. Mi instinto me decía que se avecinaba algo sorprendente para mí, por lo que me emocioné de la mejor manera. Con un movimiento brusco, torné mi postura firme y flexionaba mis estremidades para mejor movimiento. En ese momento pude escuchar algo como "Servicio de Bienvenida", algo que me pareció muy extraño pues el tono de su voz y el acento no era precisamente el de un alemán. Supuse que se trataba de alguna coincidencia y le saludé como era debido con caballerosidad, tomando su mano derecha con suavidad y besandola lentamente.

-Muy buenas para tí, Bella mujer de cabellos claros.-

Lentamente caminé hasta mi habitación la cúal no estaba sino a un metro de donde nos encontrabamos y la abrí con precaución. Noté un gran aura de satisfacción sobre mí al ver la habitación totalmente reflejada por la luz de la Luna radiante. Sin dar un paso hasta la habitación, torné mi mirada hasta la supuesta empleada y le dije con un tono firme acompañado de una sonrisa encantadora.

-Así que dime... ¿Cúal servicio se me ha asignado y porque tengo el honor de estar acompañado por tu belleza?-

*Entré dentro de la habitación con total normalidad. Nad amás entrar ya tenía hasta el mas minismo detalle de ella en mi mente. El armario recien pintado, algo d epolvo debajo de la cama que seguramente la limpiadora no habia limpiado. Para ser una suite era bastante cutre.*

-Champange d ebienvenida, mi señor.-saqué la botella y llené un vaso. Si era un vampiro no podría beberlo por lo que lo cazaría d einmediato pero entonces sería un juego muy aburrido aunque por algo habia que empezar.

*Caminé hacia él con la copa en la mano y se la entregué*

-Es nuestro mejor Champagne, espero que le guste. Pruebelo.-dije con una dulce sonrisa.

Al tonar mi vista hacia ella noté que se encontraba llenando un vaso con champagne. La mejor bebida de la casa según ella y yo que no podía tomarla. Sonreí y tomé el vaso con firmesa pero lo dejé intacto sin decir una sola palabra. Tampoco podía abrir mucho la boca, pues mis colmillos no son casi normales entre los humanos y sería algo terrible si uno de ellos se diera cuenta de la verdad. La sostuve por unos segundos y rapidamente le dije con un tono muy serio, pero sin perder el toque romantico.

-Lo siento, querida. Una enfermedad no me permite beber alcohol.-

Sin soltar mi sonrisa de la boca, llegé a pensar que era en verdad una enfermedad, pero aquella "enfermedad" considerada por muchos un castigo de dios, para mí es lo mejor que me ha regalado la vida. Sin duda alguna le devolví la copa que me entregó y le volví a decir.

-No me gustaría rechazar tu propuesta, pero son cuestiones de salud.-

''Plan B''

-Oh,, lo siento no tenia ni idea de que no pudiera tomar alcohol.

*Me acerqué al carrito que habia traido y destapé un plato con pasteles, frutas y todo tipo de comida.*

-Pero en el Pack de bienvenida tambien s eincluye comida. Me imagino que no será alergico a todas las cosas que hay aqui, no es asi?

*Dejé la copa en el carrito y me senté en la cama d ela habitacion a la espera de su reaccion.*

-Vamos, no sea timido.. coja cuanto quiera. Quedaria muy feo que rechazase toda esta comida..

Ahora que le entregaba la copa y me libraba del problema en el que me estaba metiendo la jovencita. Realmente estaba un poco estresado por algunas de sus acciones, pero no era ese tipo de persona que pierde la calma en cualquier momento. Noté que me ofrecía comida esta vez, algo que me impactó rapidamente. Es como si ella supiera que yo era un vampiro el cúal solo podía tomar sangre. Me posicioné en frente de ella mientras se sentaba y bajé hasta tenerla cara a cara.

-Lo siento, señorita. No creo poder aceptar su comida, pues... verá... Soy un vampiro.-

Sonriente, sacaba los colmillos que tanto me distinguían y mantenía mis ojos blancos sobre los suyos esperando alguna reacción. La chica nisiquiera se impresionó al escuchar la noticia, ¿talvez ella lo sabía desde el principio? Podría sacar muchas conclusiones en ese momento y la única manera de terminar con esto era asesinandola. Talvez no era la mejor decisión, pues me inquietaban muchisimas cosas de ella y tendría que esperar a conocer aquel aspecto de su personalidad que me hacía dudar. Me senté a su lado y le volví a decir.

-Dime... ¿Quien eres?-

*La primera parte del juego llegaba a su fin. Ahora tocaba la parte en la que el querría asesinarme para no dejar huellas si era de los vampiros que mataban gente. Si no le mataria yo misma despues.*

-Soy una trabajadora del ministerio de Alemania. Busco criaturas magicas no registradas y las capturo.

*El vampiro me miraba con cara extrañado. Algo logico ya que a mi si alguien me dijera eso me reiria.*

-Hoy va a ser tu peor dia Señor...-dije para saber el nombre d emi victima

No pude evitar reir para mis adentros mientras reaccionaba con una cara extraña, pero sin duda, aún no perdía aquella escencia de curiosidad. Le miré a los ojos y posteriormente me levanté, llendo hasta el balcón que quedaba al lado derecho de la habitación y observar la noche junto con el resplendor de la luna. Aún sin quitar mi vista de la luna, le decía a la chica la cúal parecía muy segura de lo que decía.

-Vaya... Sin duda eso sería extraordinario, supongo. Pero no será nada facil señorita...-

Torné mi mirada hasta la chica nuevamente, revelando unos ojos totalmente distintos en cuanto a lo impactante más que todo. Conservaba su color, pero ahora eran más reveladores y podía concluirse que en verdad se trataba de un vampiro de alto rango.

-Tranquila, no hace falta formalidades, bella dama. Mi nombre es Kamijo Black.-

*Sonreí y saqué la varita cerrando la puerta y la ventana. Si quería que no me descubriese tenia que usar la magia, enfurecerlo.*

-Bien ahora yase que nombre poner al lado d ela jaula en la que viviras.. e sbueno saberlo...

*Le apunté a las piernas y dije*

-Incarcerus!-el vampiro los esquivo con facilidad.-no tengo miedo a un chico con un par de colmillos.

¿Utilizando magia barata, eh? No creía que ese hechizo surgiera sobre mí, por lo que salté rapidamente con gran agilidad para sacar mi varita y destruir la puerta con un hechizo muy peculiar.

-¡Bombarda Máxima!

Con una enorme velocidad desaparecía del lugar, y no creía que un simple mago pudiera alcanzarme a esa velocidad, simplemente esperaba que no me equivocase con lo de "Simple Mago".

*La verdad es que el hechizo habia sido algo patetico teniendo en cuenta quien habia dicho ser asique, como era obvio, lo esquivo sin problemas y destruyendo la puerta salió disparado por ella.*

''Cobarde..''

*Salí detras de él más rapido y le agarré del cuello parandolo en seco. Luego le volví a llevar a la habitacion y le empotré contra el muro d ela pared.*

-Bueno se acabaron los juegos.. que lastima, er adivertido.-dije sonriendo y dejando ver mis colmillos.

*Mientras lo tenía inmovilizado contra le muro saque la varita y sin despegar mi vista d ela suya apunté a la puerta y esta se reparó.*

-Ahora dime que hace un vampiro aqui o mejor dicho como es que hay un vampiro proveninente dle mismo lugar que yo y no he sabido nunca nada de ti. Y tambien dime porque has huido como un cobarde frente a una bruja-lo ultimo lo dije ocn un tono burlon.

*Todavia agarrandolo del cuello lo tiré sobre la cama quedando en frente suyo de pies y mirandolo. Fuera quien fuese era mas joven que yo por lo que estaba en desventaja.*

Se escuchaban grandes ruidos en lo que era el hotel. No acostumbraba a hacer este tipo de cosas, pero no podría nunca lastimar a una mujer y mucho menos apuntarle con una varita o tocarla bruscamente. Mientras corría, noté que estaba a mi lado derecho corriendo a la par mia y que pudo retenerme tomandome del cuello. No podía creerlo, ella también era una vampiro luego de mostrar sus colmillos y tan cerca de mi cara. Me había conducido de nuevo a la habitación donde nos encontramos por primera vez y me sostenía pegado contra una pared. No me atreví a resistirme y simplemente dejé que me mantuviera de esa forma. Escuché sus palabras y posteriormente choqué contra la cama aplastandola y haciendo que esta colapsara sobre mí. En un movimiento lento quité los restos de la cama con rapidéz y notaba gritos desde afuera de la habitación y como era debido no podrían entrar, pues la chica ha logrado reconstruir la puerta con facilidad.

-Impresionante...-

Notaba que aún poseía su varita. Simplemente guardé la mia en mis túnicas, aún acostado en la cama destruída y la miraba detenidamente sin hacer ninguna acción. Era fascinante el solo hecho de tener otra vampira como yo y poder compartir con una persona de mi misma raza, aunque lastimosamente sea por las malas. Le contesté a su pregunta sin quitar mis ojos de su cara.

-No acostumbraba a mantenerme en Inglaterra. Como verás soy un hombre al que le gusta viajar. Y no soy el tipo de hombre que golpearía a una mujer. Prefiero ser asesinado que tratar mal a una.-

*Alcé una ceja. Que mala suerte habia tenido callendo en manos de una vampira a la que no le importaria matarlo o incluso dejarlo a la luz del sol. Pero habia algo que me habia llamado la atencion.*

-Cuantos años tienes, en que año te conviertieron?

*Esperé su respuesta. Hacia mucho qu eno veia otro vampiro no desde que Arthas desapareció.*

*Le apunté con la varita *

-Lumus solem!-un rayo de luz igual que la del sol de dio una milesima de segundo. Tampoco quería matarlo pero si no atacaba a mujeres la llevaba claro conmigo- y como es que te apellidas Black?

Sonreí al ver lo que me preguntaba. En verdad era un poco ingenua, pues no conseguiría tanta información de alguien como yo y porque fuera una mujer bonita no se la daría. Me quedé en silencio hasta que noté que efectuaba un hechizo el cúal me quemaba un poco el pecho descubierto donde se encontraba el rosario. No chillé ni grité un segundo, simplemente torné mi sonrisa en una cara de seriedad.

-Pues prefiero morir, antes que lastimarte. No responderé una sola palabra.-

Decía con un tono amenazador sin perder la calma un segundo.

*Guardé mi varita y sonreí.*

-Bueno tenia que intentarlo d ela forma facil.

*Me aceruqe a la cama donde estaba tumbado en calma y apoyandome en mis pies y mis manos quedé a unos centimetros encima de el. Bajé la cabeza hasta llegar a sus oido.*

-Tengo curiosida dpor saber cuando te transformaron y de que rama d elos blacks procedes.. siendo tan respetuoso con las mujeres, ¿No podrias contestarme?

No pude resistirme. Mordí mi labio rapidamente al notar que se posicionaba al lado mio y me decía aquellas palabras al oído. Algo que me hizo un gran daño dentro de mí, pues no podía negarme a lo que la señorita, la cúal aún no me había revelado en nombre, me pedía. Le contesté sin moverme un solo segundo y soltando mis labios, notando que un poco de sangre caía lentamente por mi rostro.

-Tengo 33 años. No han pasado nada más que 8 años desde que me transformaron. Soy hijo de Marcus Black y Lauren Menethil.-

Sonreí al decir esto. No podía creer que tan bajo había caído frente a una mujer, pues en estos momento estaba odiando lo que acabé de hacer y la perdida de honor sobre mi nombre y apellido.

*ME quede extrañada. No podia ser cierto aquello. Me levante de al cama alejandome de el.*

-no puede ser... eres hermano de Rose Black?-Hac eunos años hablé con Marcus y el acepto ''adoptarme'' ya qu enunca seria mayor de edad legalmente y pase a ser la hermana adoptiva de Rose y del hermano d eRose al que nunca vi.-tiene que ser una broma..-suspiré.

*Fuí hacia la ventana y la abrí de golpe saliendo a fuera.*

Notaba una expresión bastante extraña, no entendía porque. ¿Como era que conocía el nombre de mi querida hermana? Talvez ella lo trataba como broma, pero ahora que lo pienso es un tema muy serio, ya que los dos estabamos extrañados sin duda alguna y algo me decía que era la misma razón. Se acercó a la ventana lentamente abriendola, no dude en levantarme y organizar mi traje. Limpié un poco el polvo que lo cubría y peinaba mi cabello hasta el punto que quedara como antes. Caminé hasta donde se encontraba y le dije, con un tono muy serio, casi se podía decir que perdió toda la dulzura que me caracterízaba.

-¿Que sabes tú de mi hermana? ¿Quien se supone que eres?-

Esta vez la cosa iba en serio. Si se trataba de un insulto a mi noble familia, sin duda alguna explotaría y no dejaría tan facilmente que mi instinto de caballerosidad predominara y me impidiera atacarla. Claro está que ella tendría que ser mucho más antigua que yo, pero el hecho de que sea más sabia y haya vivido más, no cambia que yo soy un hombre y podría llegar a tener más fuerza física que una mujer.

-Este lugar ya no es seguro. La policía muggle debe estar rodeando el edificio por los ruidos, será mejor que nos alejemos.-

*Miré hacia abajo donde una pequeña concentracion de curiosos miraba hacia arriba intentando ver algo aunque su corta vista se lo impidiese. No podía ser el hermano d eRose un vampiro.. y peor aun como podia no haberme dado cuenta que su hermano era un vampiro. Acaso Rose lo sabia?*

-Dejaré que lo descubras por ti mismo... y sí esto ya no es seguro.

*Me apoyé en la barandilla y me subí a ella como hacian los humanos nates de tirarse al vacio.*

-Será mejor que no me sigas o te mataré.-dije con una voz fria.

*Di nu pequeño paso hacia fuera y caí unos cuantos metros para abajo par aluego ascender y alejarme envuelta en un humo negro, como de costumbre, y ocultandome de la mirada de los muggles.*

Algo en ella me inquietaba profundamente. Algo que hasta ahora no había descubierto en lo absoluto y estaría empeñado en hacer algo al respecto en un futuro. Talvez ahora mismo tuviera planeado retirarse de aquella habitación sin saber que aún podía vigilarla sigilosamente, pero mejor lo dejamos para otro momento, quedandome así con la intriga que hacía que la situación se conviertiera fascinante. Se retiró del lugar saltando sobre la barandilla del lugar y así utilizando un conjuro que solo he visto en aurores y mortífagos. Se podía deducir por el color oscuro de la capa de humo que la mujer podría ser una mortífaga, pero no habrían pruebas de que esta lo fuera. Bastante arrogante y subestimadora la señorita, pues pensaba que sería muy facil matarme. Claro estaba que es mejor decirlo que entrar en acción.

-No sabes cuanto me sorprendería verte intentandolo.-

La mujer se retiraba del lugar sin dejar rastro alguno sobre los muggles. Debía escapar también, pero no utilizaría un plan de escape. Mi equipaje rapidamente se esfumó del lugar sin dejar rastro alguno con un movimiento de varita. Era hora de que yo también desapareciera. Con una pocas palabras y un movimiento de varita, mi cuerpo se volvió invisible al igual que mi ropa.

-Caeca temporalis.-

Di un enorme salto que me alejo del lugar a un radio de 50 metros sin ser visto en ningún momento. Rapidamente empecé a caminar hasta un translador que había dejado en una colina del norte de Berlín, para alejarme de este país y regresar a mi hogar. Debía investigar a fondo este acontecimiento.

[Fin!]