·Girl's Party·

Hoy había sido un día bastante normal, hasta que una lechuza de color dorado, se poso en la ventana de la sala común al salir y tomar la carta que traía me percate de la perfecta caligrafía de mi hermana Victoire de inmediato salté al sofá de la sala común, emocionada de poder leer una carta de mi hermanita mayor.

"Querida Domi:

Espero que estés genial pequeña, te escribo por que muero por contarte un millón de cosas que han pasado, muero de ganas de que ya puedas venir a casa ¿Cuando son tus vacaciones Dom?, sabes ayer he ido con Teddy a visitar un local en Hogsmeade ya quiero poder poner mi tienda de túnicas, creo que el recinto es perfecto y quiero que en vacaciones puedas ir con nosotros para que me des tu visto bueno.

A mamá le pareció un lugar genial pero ya sabes como es papá tiene sus dudas además que últimamente sus celos por Teddy han aumentado, no se por que....

Domi querida creo que por ahora es todo lo que puedo hablar contigo por este medio, pequeña escribeme en cuanto puedas, con amor..

Victoire Weasley

PD: te adjunto una foto mía con Teddy, el usa tu color favorito de cabello para que nos recuerdes con amor"

Volteé el sobre viendo una foto de mi hermosa hermana con su cabello rubio casi como el mio pero el de ella era más lacio y mi cuñado Teddy con el cabello azul eléctrico en un momento estaban abrazados y en la otra Teddy sacaba la lengua y Vic le veía mal, sonreí al recordar cuanto les extrañaba abracé la fotografía.

-Los quiero pero están locos-

En el momento que subí a colocar su foto en un recuadro junto a mi cama, un patronus en forma de ardilla voladora que reconocí de inmediato como el de mi prima Rose, con un mensaje claro:-Vengan a la sala de los menesteres chicas-, empecé a correr por la sala común para dirigirme a ese lugar, tratando de evadir a el gato fantasma que odiaba, al llegar frente a la Sala de menesteres, una puerta apareció, había una de las prefectas adentro me acerqué a ella alegremente.

-Hola Liren, ¿como estás?-

Pregunté mirando hacía todos los lugares, el lugar tenía comida pero nada de decoración así que negué con la cabeza, mientras levantaba mi varita y con un movimiento de la misma más ayuda de la sala de menesteres de inmediato se convirtió en un lugar perfecto para una fiesta de chicas.



-¿mejor no?-

Sonreí mientras la puerta se abría dando paso a unas chicas de Ravenclaw, a las que saludé euforicamente.

Para que nadie me viera fugarme de la Sala Común había ido a pasar cierto tiempo al baño de Myrtle mientras me arreglaba. Una cosa era que un alumno desobedeciera las reglas, y otra muy distinta era que un prefecto estuviera tras ello.

- ¿Cómo se ve mi cabello así?- le pregunté a Myrtle mientras ondas caían hacia mi espalda.

La fantasma comenzó a rodearme y ecuché su voz en ese tono lastimero que me hacía tanta gracia. Al fin y al cabo Myrtle era una chica de unos quince años que había quedado en esa edad para siempre- ¿Acaso te encontrará con un chico guapo?. Como Harry Potter... aaaahhh- dijo con un suspiro la fantasma, ante lo cual yo sonreí. Pobre de mi padrino que había tenido que soportar el amor de Myrtle.

Ya estaba lista y alcé mi varita. Lancé un patronus para informarle a Domi y a Lily de la fiesta, y luego tomé mi mochila y salí del lugar.

Caminé con cuidado a través de los pasillos. No sería cosa que alguien me viera por ahí. Pero conocía el colegio demasiado bien. Mi padre me había dado a conocer muchos lugares secretos (a escondida de mi madre), y con ello no tenía problema en caminar de noche sin que nadie descubriera mi presencia. Sigilosamente subí las escaleras hasta el séptimo piso, y de pronto ya me encontraba en la Sala de los Menesteres.

- ¡Wooow!- grité. Se supone que yo me debía dedicar a la decoración, pero me había atrasado en mi cuidado por no ser encontrada vagabundeando por ahí-. ¿Qué tal todos?- saludé a las chicas que ya habían llegado. Corrí hacia Sele y le di un abrazo- ¡Amiga! Pensé que no llegarías. Al fin y al cabo debiste cruzar todo el castillo para llegar-.

Le sonrío a mi prim y a Liren quienes están un poco más allá, y tomo la mano de Sele para ir hacia ellas-. Esto se ve genial. ¿Obra de Domi, no?. Mi prima sacó el mismo gusto de su madre- reí suavemente y abrí mi pequeña mochila. Misteriosamente en ella habían muchas botellas y vasos. Alcé una ceja orgullosa-. Mi madre me regaló esta mochila hace dos cumpleaños, según ella así siempre podría estar lista... ¡y qué lista!- exclamé dejando las botellas sobre la barra. La fiesta ya estaba comenzando.