Noches frescas

Christopher Aznarez

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Respeta las Normas.

La Administración.

*Comprobé su rostro y era un mar de dudas y de confusion, se le veia todo reflejado en sus ojos color esmeralda, me di la vuelta lentamente pensando en todo lo que había pasado en el pasado y recorde un baile de san valentin en el cual fuí junto a Isabella Glozziari una de las alumnas de intercambio italianas mas populares de todo Hogwarts, pero en mi corazón anhelaba estar con otra persona aquella persona que sabía que me miraba mientras danzaba con la italiana en medio del Gran Salón*

"¡Que demonios!"

*Me di la vuelta raudo y cogi su rostro entre mis manos y pose en sus labios un beso suave y delicado lleno de cariño y dulzura con un poco de pasión*

El me miraba y me pregunte si podía leer mis pensamientos, siempre me habían dicho que era un libro abierto ante los ojos de todos los que me miraban. En un momento así era que necesitaba a mi hermana para que me ayudara a aclarar cada una de mis dudas eso era más sencillo que enfrentarme a tantas de ellas.

"-Dom en el amor el cerebro no vale te lo juro por merlín, yo he intentado ponerle cerebro a los sentimientos, quizás por eso no soy Raven-"

Las palabras de Victoire siempre tenían tanta maldita razón que a veces me daba ganas de sacarle la lengua en estos momentos, cuando sus palabras se hacían realidad en mi vida de manera tan palpable, tal vez por eso ella había nacido primero, para poder ser mi consejera, aunque de pronto nada de eso tuviera sentido y solo se limitará a que cada uno tomará las decisiones según pudiera, y entonces el dicho de mi abuela se hacía realidad: "Nadie aprende por cabeza ajena".

Como una persona tenía chance de pensar en tantas cosas en tan pocos segundos cuando estaba nerviosa nunca lo entendería tal vez era solo que el cerebro trataba de ayudar pero los latidos del corazón no te dejaban escucharlo, cuando regrese mentalmente a las orillas del sauce boxeador, fue gracias a las manos de Chris en mis mejillas y sin que pudiese hacer nada un beso fue trazado en mis labios, que normalmente siempre estaban llenos de lipstick de fresa, mi mente empezaba a difariar justo cuando el se separo y un golpe de realidad me azoto más fuerte de lo que podía soportar, mis ojos se llenaron de lágrimas el amor de toda mi niñez me había besado y yo no había hecho nada, si ese sauce pudiese hablar estaría acusándome de traidora en este momento, pero no tenía motivos que me ligaran a nadie así que acallé esos pensamientos sacudiendo la cabeza y las palabras más tontas del mundo salieron de mi boca.

-Gracias-

Dije mientras me tiraba a su pecho para contenerlo a mi lado, cerrando los ojos como si eso no pudiera pasar, Chris me había dicho hace unos minutos que él no solo me veía como una mujer bonita sino que se fijaba en lo que tenía por dentro y eso es lo mejor que le puedes decir a una mujer, las lágrimas se agaloparon en mis ojos verdes y como era una mujer demasiado sensible solo las deje correr por mis mejillas, lloré por ese amor de toda mi niñez que hoy daba esperanzas de poder ser.