Una bienvenida en las 3 escobas

por **Lilliam G. Whyte** Jue Nov 04, 2010 11:01 pm

Un sol veraniego se asomaba escasamente en el hermoso Londres mágico, hacia ya muchos años que no sabía nada de mis amigos, la beca en Rusia, mis estudios ahí y de pronto los años se me habían ido de las manos, este año había cumplido 29 y me había ido de mi hogar hace ya 10 años, las cartas cada vez eran menos frecuentes, la ausencia de mi parte se había vuelto casi una eternidad, moría de ganas por saber de mis amigos, de mi familia, de sus vidas, aún con una maleta que a ojos muggles podría ser pequeña, pero que mágicamente portaba todas mis cosas, caminé hacía el último lugar donde los había visto: Las tres escobas.

Entre ahí y pedí una cerveza de mantequilla, como en la niñez, esa hermosa época llena de emociones, luego todo se había vuelto tan seguro que no temí en marcharme prometiendo volver. Un montón de recuerdos empezaron a llenar mi mente.

"-Te iras entonces?-

-Eso creo Sari, es lo mejor prima-

-Pero Ly nos escribirás?-

-Claro Feny, cada día-

*Mis ojos se habían llenado de lágrimas en ese momento, mientras nos despediamos, jurando que nos recordaríamos*"

Antes de salir de Rusia había garabateado una carta que no decía demasiado queria sorprenderlos, quería ver que tanto me recordaban.

"Deseo verlos amigos... Los esperaré a las 2 en punto en las tres escobas los quiero"

Las lágrimas de felicidad querían llenar mis ojos, pero insistía en secarlas, habían tantas cosas que eran inmejorables, tantos recuerdos, tantas guerras, tanto amor, todo en un solo lugar que podía llamar mi hogar.

Los motivos para volver eran varios, querer volver a mi vida, dejar de ser una amargada en Rusia, volver con mis amigos, ver a mi familia, y entre todas esas cosas era una carta del ministerio, ofreciendome un puesto como encargada de los asuntos legales de la magía a nivel Internacional, esto había sido el pretexto perfecto para volver, miré mi reloj y faltaban unos minutos para verlos esperaba que vinieran, tome el periodico viendo el titulo enorme, un título que marcaría un dolor desesperante en mi pecho.

Minerva McGonagall a muerto... Su muerte es a un misterio por resolver

El periodico era de hacía una semana, no podía creer que nuestra jefa de casa hubiera muerto, nuestra directora, nuestra secuaz en muchos momentos, las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas sin compasión mientras pasaba las manos por mis brazos tratando de calmarme a mí misma.

-Esto es tan trágico

Sollocé mientras recogía mi cabello en una coleta, y tomaba inmediatamente después un trago largo de mi cerveza.

"Quiero que lleguen ya! quiero verlos tanto!"

por **Sarihina G. Whyte** Jue Nov 04, 2010 11:25 pm

A pesar de toda la tristeza de los últimos acontecimientos, ese día me había levantado feliz. La noche anterior me había llegado una carta con una letra que no veía hace tiempo, y sin pensarlo dos veces corrí con sólo una bata sobre mi pijama hacia la habitación de Feny. Él entendería completamente mi dicha.

Estaba tan emocionada que casi olvido ponerme calcetines mientras me visto. Durante toda la mañana había tomado mis álbumes de fotos, seleccionando las fotos más lindas para mostrárselas a Ly. Se había perdido unas cuantas cosas estos años, como el campeonato inter profesoral de Quidditch con las distintas escuelas, y los tres hombres - ¡Desastres!- con los que había intentado salir. Sí, las cosas no habían cambiado tanto como uno esperaba.

Bajé de mi despacho ya lista y me encontré con Fenrir en el vestíbulo. Le sonreí y me colgué de su brazo, como solía hacerlo desde que éramos adolescentes-. Estoy tan emocionada, Feny. Nos encontrará muy cambiados- le digo con mis mejillas sonrosadas de la felicidad-. Creo que Ly nunca me ha visto rubia. De seguro no le gustará-. comento riéndome y caminando con Fen fuera del castillo, bajo la mirada de unos cuantos alumnos que murmuraban.

Yo no le di importancia a ello y seguimos caminando hacia Hogsmeade. Hacía menos frío que la semana pasada, así que sólo llevaba una chaqueta ligera para cubrirme del viento. Feny iba algo reservado, mientras yo hablaba como a mil revoluciones por hora. Quizás con Ly cada vez más cerca volvía a mí mis tintes de adolescente Gryffindoriana.

Por fin nos detuvimos frente a las Tres escobas. Suspiré fuertemente y abrí la puerta. El viento entró con nosotos y mis ojos dieron una vuelta al lugar... reconoiendo en todas partes esa pelirroja cabellera

- ¡Lyyyyyyyyyyyyy!- grité emocionada haciendo caso omiso a toda la gente que me miraba. Corrí hacia ella y la abracé por la espalda-.¡No te imaginas cuánto te he extrañdo!

por **Coen W. Bauer** Sáb Nov 06, 2010 6:15 pm

Durante el camino hacia las Tres Escobas, no dejé de escuchar ni un segundo la voz de Sari. Estaba tan emocionada que me relataba todas las cosas que había hecho y deshecho cuando ea adolescente... Un pasado muy lejos (xD). Aunque yo también recordaba muchas cosas, pero prefería guardarlas en mi mente, en silencio.

-¿Crees que se haya casado?- le pregunté cuando estuvimos cerca de las Tres Escobas -Seguramente con su genio ya estaría divorciada tres veces- reí

Sari abrió la puerta del lugar y nuestros ojos se fijaron inmediatamente en Ly. Sari entró gritando como loca perseguida por un vampiro y su cara era genial. Cerré la puerta detrás de mi y caminé con una sonrisa hasta donde estaban las dos, que ahora se abrazaban y lloraban.

"Gays" pensé

Vi Ly de arriba y abajo -Vaya Ly... el tiempo te a hecho bien- le dije con una sonrisa

Sari se apartó y yo la abracé, besándola en la frente y estirando sus cachetes flacos.

-Te hemos extrañado un montón Ly... Vamos cuéntanos de tu vida- les dije acercándonos a una mesa -¿Qué estás tomando Ly... Cerveza de mantequilla? Bah- le dije haciendo una mueca

Alcé una mano para que un mesero se nos acercara -Tres vasos de whiskey de fuego por favor- le dije

-Sari tendrás que tomártelo- le dije con una mirada de (D)

por **Lilliam G. Whyte** Miér Nov 10, 2010 7:22 am

En algún momento dentro de mis alucinaciones una voz tremendamente familiar, aunque ahora poseía ese tono que la madurez nos daba el tiempo grito mi nombre, me levante corriendo a encontrarme con mi prima Sari y nuestro mejor amigo Fen mucha gente se volteó para ver que causaba tanto alboroto, debía ser una escena hermosa a la vista, unos amigos reencontrandose después de tanto tiempo.

No podía creer que esa rubia tan hermosa fuera mi prima Sari y tal vez no lo habría creido si no tuviese aún esos mechones rosa tan inolvidables, al soltarla pude ver a Fen que aun poseía esa sonrisa tranquilizante pero en el rostro de todo un adulto. Las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas que eran estiradas por Feny, mientras los abrazaba a ambos, como si fuera un imposible que de nuevo estuvieramos juntos.

-A ti también te ha hecho bien el tiempo Feny. Sari que le paso a tu cabello!!!!!-

Dije abrazandolos a ambos, tratando de detener el lloriqueo, con una mirada rápida examine sus rostros, tan familiares para mí pero tanto tiempo lejos casi me confundía haciendome creer que estaba frente a dos personas levemente distintas, la madurez empezaba a dibujarse en nuestros rostros, sabía que ellos me veían de la misma manera.

-Que guapos están ambos!!!-

Sonreí mientras Fen llamaba pidiendo un trago más fuerte, me acomodé en la silla para empezar a contarles de mi vida tal como Fen lo había pedido, pasé casi de manera infantil una pierna debajo de mí.

-Pues mi vida, que les diré, estudios estudios y más estudios pero al menos me gradué con honores, buenos trabajos que me dejaron bastante dinero, viajes donde conocí a chicos interesantes, y una carta del ministerio ofreciendomé un trabajo que me dió la oportunidad de volver, estos años han sido eternosssss los he extrañado tantooo!!-

Los tragos llegaron a nuestra mesa y le dí un trago mientras devolvía la mirada a el rostro de mis dos mejores amigos desde siempre.

-Como están ustedes?, casados? dios sere la única solterona lo sé!-

Solté con voz drámatica, mientras jugaba con el vaso en mis manos, por su rostro pudé ver que ambos seguían solteros, ¿qué nos había pasado a los tres? ¿habíamos conocido el amor y lo habíamos dejado ir? ¿O el amor seguía por ahí esperandonos?.

De cierto modo esas eran cosas que dejaban de importar al fin y al cabo la amistad era el sentimiento más fuerte del mundo y nosotros siempre nos tuvimos uno al otro, cuando algun idiota nos rompía el corazón ahora que estaba con ellos, el amor dejaba de importarme, y era como si esos tiempos donde preocuparnos por mantener un equilibro entre el bien y el mal volviese a ser lo más importante del mundo.

-¿En que estan trabajando?, ¿que ha sido de ustedes? cuentenme-

por **Sarihina G. Whyte** Vie Nov 26, 2010 6:25 pm

Escuchaba a Ly atenta y emocionada a la vez. Era tan extraño pensar que habían pasado muchísimos años desde la última vez que nos habíamos visto, pero que hablando ahora se sentía como si nos hubieramos visto la semana pasada. Sonreía y meditaba en lo cambiado que estábamos. Nuestros rostros ya no tenían esa redondez infantil y nuestras facciones estaban muchísimo más marcadas. Era como si los años hubiesen pasado de golpe, de un momento a otro habíamos dejado Hogwarts, y hoy estábamos aquí, siendo adultos y tomando Whisky sin que nadie nos preguntara nuestra edad.

- Los dos estamos solterísimos- respondí a su queja sobre la soltería. Ciertas cosas habían sido marcadas por el destino, y quizás el amor no era nuestro fuerte. O tal vez habíamos amado demasiado para volver a amar.

Luego escuché a mi amiga hablar sobre estos quince años. Había sabido de sus viajes en las cartas que nos habíamos enviado, y no dudaba de su inteligencia. El Ministerio había estado en lo correcto en contratar a alguien como Ly, de carácter fuerte y seguro, quien sería un gran aporte para nuestra comunidad. Una vez se calló yo sonreí y comencé a hablar casi sin respirar, como si en una frase larga quisiera resumir nuestra vida en estos años-. Lillyta, bueno, nosotros trabajamos en Hogwarts. Ese colegio es nuestro hogar desde que lo pisamos por primera vez a los once años y nunca dejó de serlo. Yo soy la Jefa de Casa de Gryffindor y enseño Transformaciones, tal como McGonagall lo hizo en su época. Así que me la paso encerrada en esas murallas, sin mucho más que hacer que vivir el día a día- de decirlo así mi realiidad sonaba muy triste. Por ello sonreí y miré a mi prima a los ojos-. Me gusta enseñarle a niños la magia y que aprendan conmigo. Mis alumnos son como el hijo que no tuve....- y una punzada golpeó mi corazón al decir eso, volviendo a recuerdos tristes que no quería evocar. Así que tomé un vaso de whisky y bebí un sorbo de manera rápida-. ¡Y he salido con una tropa de idiotas!. Pregúntale a Feny. Una vez tuvo que llegar a socorrerme de uno que me preguntaba algo tan indecente al estilo "¿todo tu cabello es rosa... TODO?". ¡Que atroz!- y me reí recordando a ese imbécil. Definitivamente el amor nunca había sido mi fuerte.

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