Coen W. Bauer

¿Por dónde empezar?
Quizás de lo primero que se tenga que hacer mención es la nobleza que tiene. Así es, Coen es un caballero al 100%, no le gusta ver o saber que hay injusticias a su al rededor. Muchas personas llegan a pensar que ser de esa forma, se está tratando de una persona de poco carácter, de alguien a quien podrían tomarlo por ingenuo y débil, pero es todo lo contrario. Su carácter es fuerte, no se deja que nadie pase por encima de él.
En Coen uno puede encontrar a un sujeto demasiado simple, sencillo y humilde, todo eso a pesar de que está bien posicionado económicamente. Nunca le ha gustado que las personas se traten con desigualdad, para él todos son iguales, sin importar que condición de sangre se tenga, tampoco el nivel socioeconómico. Pero lo único que no puede tolerar en las personas, es que tengan un par de neuronas. Sí, no le gusta tratar con gente estúpida, los detesta pues es como estar charlando con una pared o una bestia de carga.
Se considera inteligente y algunas veces le gusta presumir de ello, y lo hace por que puede. Es muy observador, siempre está atento a lo que pasa a su entorno, analiza las cosas de una manera un tanto fría, siempre viendo los pro y los contra para poder decidir la mejor opción, aunque algunas veces le gusta arriesgar... Ya saben el que no lo hace no gana.
Siempre verán a Coen de un excelente humor, sonriendo a todos pero, cuando se le hace enojar mejor salir huyendo. Cuando algo le molesta en sobremanera es demasiado explosivo, no se tienta el corazón para actuar, podría incluso llegar a matar. Pero no hay de que preocuparse, son pocas las cosas que hacen que él actúe de esa manera.

El 27 de Mayo la familia Bauer recibe con gran alegría a su único hijo. El clima de ese día para el resto fue triste, pues el cielo estaba gris, estaba enojado y rugía con cada trueno, la lluvia caía de forma estrepitosa, pero dentro de la mansión el aire estaba cargado de felicidad, la cual se convirtió en total euforia cuando el primogénito anunciaba al mundo a base de llantos y gritos, que había llegado.
Durante su infancia vivió con todas las comodidades que sus padres le podían ofrecer, las cuales nunca fueron limitadas. Su familia tenía dinero, estaba bien acomodada en la sociedad mágica, no vivían al día y podían darse demasiados lujos sin tener que preocuparse. El padre de Coen era dueño de varias empresas proveedoras de metales y maderas, las cuales eran exportadas por su calidad a varias zonas de Europa. No era extraño ver que los calderos de mejor calidad eran hechos con los metales que su padre vendía, o también se veía que los mejores muebles estaban hechos de la madera que producían, también se hacían escobas y varitas, pero en menor medida. Por otro lado, su madre era una belleza andante en la época, trabajaba en el Ministerio de Magia, pero la mayoría de las veces se dedicaba a las pasarelas del mundo mágico y muggle. Nick y Alexandra, eran unos buenos hacedores de galeones.
Como a los 5 años Coen descubrió el mundo de la literatura, le encantaba pasar horas en la pequeña biblioteca que tenía en casa. Siempre pedía a sus padres que le leyeran cuentos, historias y todo lo que el pequeño pedía. Cuando tuvo la suficiente capacidad y entendimiento para hacerlo por su cuenta, se la pasaba encerrado en ese lugar bien iluminado, sentado sobre una mesa que daba hacia una gran ventana. Primero empezó con cosas fáciles, libros de aventuras donde el mago tenía que pasar por ciertos obstáculos para llegar a su objetivo, después cambió aquello por libros un poco más complejos, ya saben, libros de historia sobre el mundo mágico, biografías de personajes famosos, había apartado totalmente los libros repletos de imágenes por páginas desbordantes de letras.
A pesar de que su familia nunca tuvo problema alguno el mundo muggle, lo evitaban a toda costa, es por eso que siempre que salían a pasear o de vacaciones al mundo no mágico, el chico se sorprendía por lo que veía, nunca pude creer que esas personas se complicaran la vida tanto y fue cuando se sintió más orgulloso que nunca al poseer el don de la magia. Sus padres al darse cuenta que empezaba a entender como funcionaban las cosas, le inculcaron valores buenos, siempre tenía que ver por los demás y buscar el beneficio ajeno que el propio. Quizás si nunca lo hubieran hecho, Coen se hubiera convertido en un purista.
Cuando cumplió 8 años dio muestras de magia y fue cuando jugando con un gato, el niño al verse amenazado por las filosas garras del animal, éste lo hizo flotar hasta colocarlo en el techo de la mansión. Sus padres se vieron fascinados ante el suceso, aunque a la pequeña bola de pelos no le pareció tan divertido y fue desde entonces que evitó por todos los medios la cercanía al niño.
Los 11 años llegaron y la carta de Hogwarts no fue ninguna sorpresa, salvo para Coen. Sus padres habían estudiado ahí. Su padre había pertenecido a Slytherin y su madre a Ravenclaw. Fue entonces que su nerviosismo crecía cuando más se acercaba la fecha de entrar al colegio. Él quería por todos los medios, pertenecer a una de esas dos casas y fue feliz cuando el viejo sombrero seleccionador, posado sobre su cabeza gritó ante todo el gran comedor que pertenecía a Ravenclaw. Al día siguiente de eso sus padres le enviaron una carta, felicitándole de haber quedado en la casa donde estaban los de mente brillante.
Sus primeros años en el colegio fueron de lo más normal. Asistía con gusto a sus clases, se esmeraba por sobresalir de los demás. Pero como a todo mundo le pasa, Coen se enamoró profundamente de Ángela que pertenecía a Slytherin. Quizás fue ahí donde empezó a vivir los mejores años de su vida. No había nada más importante para él, aparte de los exámenes, que su chica, la persona que amó desesperadamente. Muchas veces hablaron sobre hacer en un futuro una vida juntos, tener hijos y ser felices por completo pero, como siempre pasa la malicia llegó al colegio. Feos acontecimientos empezaron a suceder, se libraron conspiraciones y hechos que lo relacionaban en cierta manera con él. Sus mejores amigas Sarihina y Deli ambas de la casa de los leones, fueron las más afectadas por todo aquello. Vivió una guerra que ya no quiere recordar, perdió al amor de su vida, un viaje al pasado de lo más extraño...
Cuando salió de Hogwarts, se dedicó absolutamente al negocio familiar, las ventas crecieron cuando él llegó. Sus padres estaban totalmente orgullosos de haber criado a un hijo ejemplar. También tuvo ciertos roles con el Ministerio de Magia, participo algunas veces en el departamento de aurores, la gran mayoría de las veces acudían a él para que analizara algunos problemas y como siempre pasaba, daba buenas soluciones. Pero no todo fue miel sobre hojuelas cuando se encontraba en el Ministerio de Magia. La institución estaba llena de corrupción y al final con sus mejores amigas, incluida Ly, decidieron abandonar el departamento de aurores como tal y crear su propia rama.
Siempre fue una persona trabajadora. Hacía un excelente trabajo con el negocio de los metales y la madera, también le dedicaba su tiempo al trabajo nuevo de aurores y, como si no fuera suficiente, se metió a trabajar de profesor de encantamientos a Hogwarts, sólo como un pasatiempo. ¿Quién creería que las cosas se volverían a poner feas en el colegio? Al parecer los acontecimientos de su adolescencia estaba repitiéndose, la extraña profecía que les fue revelada en su viaje al pasado estaba iniciando ya.
Sigue teniendo algunas influencias en el Ministerio de Magia gracias al trabajo de su madre en su época, también se le respeta por sus aportes a los aurores, pero Coen sabe a la perfección que no confían totalmente en él, no después de haber abandonado las filas.