Cuando la luna es ocultada por una calavera (C.O y A.S)

Después de lo sonado del incidente de la cabaña, había que empezar a poner a prueba a los nuevos, y eso por mi parte era lo que menos me apetecía, pero teniendo en cuenta la cantidad de mortifagos de pega que había ultimamente por ahi, ponerlos a prueba era lo más necesario.

Tenía mi capucha de mortifago puesta asi como el completo uniforme del oficio capa y todo que tanto detestaba el londres muggle era tan simple y desarrapado que daba náuseas, a mi lado un pequeño presente con el que generar un pequeño plan de caos y muerte masiva de muggles. Betty, mi pequeña banshee adiestrada para matar, los nuevos nos ayudarían a entrar en la cadena de televisión BBC para que Betty entonase su funebre canto a través de las ondas, si mal no había entendido el sonido se transmitiría por toda la red y mataria a unos cuantos muggles en toda la isla.

-Escuché como se iban acercando mis invitados a la fiesta.

En verdad había aprendido a dominar el conjuro Aurorium, simbolo de que me podía mover a grandes velocidades gracias a este, pero obviamente aún no era perfeccionado como el de los demás Mortífagos. Había sido convocado así que me transportaba por el oscuro cielo de Londres infectado por una atmosfera contaminada por el tabaco y humo producido por sus maravillosos inventos. Sin duda alguna sentía algo de repugnancia hacia los muggles, aunque nuna había sentido rencor hacia nadie. Una delgada capa gris y negra cubría mi cuerpo, andando como un errante por el cielo con destino a la sede principal de la cadena de televisión BBC. Al cabo de un tiempo, el humo se fue disolviendo, mientras caía en el suelo creando uan pequeña fisura en el mismo. Miraba a ambos lados y notaba que los muggles no se habían percatado de nada. Talvez su insignificante ojo humano no les permitía ver lo que sucedía en ese momento. Caminé hasta cerca de la entrada, alejado de la vista de aquellos humanos, donde se encontraba un Mortífago, talvez el convocatorio a la azaña de hoy. Notaba que llevaba un acompañante, talvez un espectro o algo parecido. Mi apariencia era bastante discreta, pues tenía una túnica negra totalmente con una capucha que cubría mi cara mediante la sobra emitida por la misma y además, unos guantes y botas de cuero que más tarde darían a conocer su efecto sobre mi cuerpo. Era tiempo de mostrar a los mortífagos que mis padres no infuyeron en nada atravez de su trabajo y que podía defenderme por mi mismo, también mostrar que poseía palabra y respeto por los superiores. Con una voz algo distorcionada, le decía al individuo.

-Acudo al llamado. ¿Cuales son sus ordenes?-

Decía finalizando con un movimiento brusco para quedar justo al lado derecho del hombre y sacar mi varita dentro de mis túnicas, la cúal estaba un poco diferente a la última vez en aquella cabaña a las afueras de Londres. Suponía que el espectro que lo acompañaba tendría que ver mucho en esta misión.

*En medio de la noche la Marca comenzó a arder, dejo mis libros a un costado y me levanto del sofá. Varita en mano realizo un rápido conjuro para disfrazar mi apariencia cubriendo mi cuerpo con una delgada capa negra, oculto mi rostro bajo la capucha y me desvanezco en el aire a gran velocidad hasta llegar al punto de reunión.*

-¿Qué ordenes manda a cumplir el Señor de las Tinieblas?.-

*Pregunto mientras hago una reverencia a mi maestro Mortífago.*

Mis dos compañeros ya habían llegado, la ciudad de londres se veia tan sucia y atestada coo siempre, era hora de hacer algo que limpiara un poco todo aquello, betty seguía a mi lado y lo haría hasta que la ordenase lo contrario.

-Bienvenidos, espero que lleveis varitas sin registrar, no me gustaría que medio departamento de aurores apareciera de golpe en mitad de nuestros objetivos; aunque vista la rapidez que tienen ultimamente quizás podríamos echar un partido de quidditch antes de que llegará el primero. Bien son muggles, pero no quiero fallos, entramos, matamos, dejamos que Betty suelte su mortal serenata y nos vamos.

Eran las 8 de la tarde pero el tiempo preinvernal hacía que fuera noche cerrada.
No esperaba que necesitaran más instrucciones, asi que me dirigí con paso seguro hacia la entrada de la cadena de televisión, hubiera sido tan fácil conjurar un fuego demoníaco y ver como aquellos muggles del hall ardían hasta la muerte entre chillidos de dolor. Un muggle disfrazado con una gorra de lo más absurdo se me acercó con un palo negro, antes de que lograse tocarme ya había salido volando con un depulso salido de mis manos.

-Buenas noches ratas insignificantes.

Seguí mi camino la sala del informativo estaba en el 5º piso me encaminé hasta las escaleras lanzando algun avada que otro mientras varios muggles iban muriendo, si no me molestaba en matarlos a todos era porque llevaba dos compañeros y no era plan de quitarles la diversión.

Dichosa la llegada del último compañero mortífago. Llevaba una túnica que cubría su aspecto al igual que nosotros dos. Sin duda alguna era tiempo de adentrarnos al edificio de la cadena de televisión, donde nos movíamos rapidamente hasta la entrada. Un primer guardia se nos acercó con lo que parecía un palo, sin duda alguna intentaba golpearnos o echarnos para atras. El lider lanzó un depulso hacia el muggle, el cúal salió volando y probablemente nockeado contra la puerta de cristal. Nos abrimos paso hasta el interior del edificio donde empezamos a crear caos y muertes por doquier.

-Maestro, ¿no cree que sería mejor adentrarnos con mayor precaución?-

Al no ver respuesta alguna, supuse que no había necesidad de precaución, por lo que me uní a la masacre lanzando maleficios y entre ellos el Avada Kedabra para matar desde mi varita, la cúal obviamente estaba sin registrar.

-...Veo que no.-

Subimos las escaleras hasta el piso donde supuestamente se encontraba la sala de emisión, donde mi compañero y yo rematabamos a los muggles caídos por el maestro. Al llegar a la sala, me adelanté a despejar el lugar y darle paso a los mortífagos para que la banshee cumpliera su tarea como era debido.